viernes, 21 de octubre de 2016

Un gran enfrentamiento y un punto de nostalgia

Uno tuvo, hace algún tiempo, otra vida ajedrecística. En aquella, los enfrentamientos por equipos eran a 4 tableros. Casi sin excepción. Bueno, creo recordar haber disputado un par de torneos a ¡tres tableros!, los equivalentes a los CE por Equipos Sub16 y CE por Equipos Sub18, de aquel entonces. El hecho de que los encuentros en la máxima categoría del ajedrez navarro por equipos sea a 8 tableros, tal vez reste impacto a lo que voy a contar a continuación. Los encuentros multitudinarios eran una excepción. Sin contar las simultáneas, claro. Recuerdo vívidamente tres de estas ocasiones.
Una de ellas fue con motivo de un triangular entre La Salle (donde se puede rastrear, en cierta manera, los orígenes de los actuales Marlaxka y Batalla), el Billar Club (de el entonces editor de Jaque, José Mª González) y el Círculo Mercantil (donde jugaban algunos bien conocidos del ajedrez foral como el recientemente difunto Patxi Sesma y los hermanos Casado, quienes militaron muchos años en el equipo de Sancho el Fuerte - Tiebas, y que, de alguna manera, fue el germen del actual Gros). Creo que se llamó Copa Jaque (JM González era el que tenía el dinero en aquella época) y eran enfrentamientos de veinte o veintitantos jugadores por equipos, que debieron de tener lugar en la sede del Círculo Mercantil, donde ahora se ubica una conocida franquicia de comida rápida. Yo debía de tener 14 ó 15 años, así que, más o menos, de la edad de algunos de nuestros txikioberenistas de ahora. La intensidad de un encuentro de sesenta y tantos jugadores y, supongo, que, aunque ya para entonces había tenido la ocasión de debutar en el equipo A del Club, en una alineación a 4, con tres de estos cracks, la emoción de poder compartir equipo con gente que me parecía, y aún me parece, tan extraordinaria, como José María Lanz, Luis Eceizabarrena (cronista de Alekhine [o Aliojín, como dicen ahora], tío-abuelo de unos de los mejores jugadores del panorama nacional como es Jaime Santos), Juan Ignacio Alonso (el Pibe), Patxi y Julia Gallego, Leontxo García, Pedro y Carlos Pastor y tantos otros, me pareció una experiencia extraordinaria.
Un par de años más tarde vinieron también algunos encuentros a muchos tableros entre la Selección Gipuzkoana y la de Burgos (¿jugaría Jesús?) o la de Bizkaia (hace poco tuve la ocasión de reencontrarme, casi 30 años después, con quien me enfrenté en uno de esos encuentros y a quien no había vuelto a ver desde entonces), siempre con vívidas sensaciones. De manera que, montar uno de estos encuentros multitudinarios, es algo que siempre me ronda la cabeza.
Sin tener que organizar nada en especial, sino fruto del azar, mañana, en la Rd3 de las diversas categorías del Absoluto por Equipos, se enfrentarán 4 equipos de Oberena y Santa Ana. Los A en División de Honor, doble enfrentamiento B - C en los dos grupos de Primera y, por último, Santa Ana D, en Segunda, se enfrenta a uno de los nuestros, el F, en este caso. El cuádruple enfrentamiento supone un total de 24 partidas. Alrededor del número que citaba arriba y que ha disparado, porqué no confesarlo, un cierto punto de nostalgia. De manera que, al margen de los resultados particulares que puedan registrar los diferentes equipos, habrá un resultado global, aunque virtual, de un macroenfrentamiento Oberena - Santa Ana. Una lástima que no podamos festejarlo con un gran encuentro todos juntos. Todo se andará.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Recogemos el guante.