jueves, 23 de julio de 2015

Campeonato de España Sub16: Paso del Ecuador

 
Daniel Roldán © FEDA

Jornada matutina
Arrancaban nuestros jóvenes espadas (Daniel Roldán, Mikel Ortega y Alvaro Bayo) a todo trapo, no sé si fruto de las preparaciones o del talento (supongo que algo de ambas), aunque claro, no tan fulminantemente como Odei Lerendegui, quien le arrancó las pegatinas al reloj de su rival y firmó una victoria cuando aún no habían terminado los árbitros de colocar las planillas.
A pesar de su más que prometedor inicio, las partidas de los tres tuvieron un devenir bastante diferente. Alvaro Bayo hizo una demostración que podría titularse "Destrozando la Caro-Kann": entrega de peón, ventaja de desarrollo y, cuando su rival se despistó un poquito, nueva entrega de calidad, extracción del rey y remate casi espectacular. Digo casi, porque omitió un rápido mate (cuando parecía lo más sencillo) y se "contentó" con ganar material. No es que la victoria peligrara en ningún momento, aunque su adversaria aún siguió jugando un rato. A veces me pregunto porqué algunos  de estos jóvenes siguen jugando posiciones tan desesperadas. No sé si es para endurecerse o por la dificultad de asumir la derrota.
La partida de Daniel Roldán fue bastante distinta. Tras salir bien de la apertura, su adversario se dejó un peón sin demasiada explicación (no parece que fuera una entrega por algo). Daniel Roldán jugó bien y fue apretando hasta llegar a una posición en la que, con los dos ajustados en el tiempo (más su adversario), le regaló algo de vida a su adversario. Afortunadamente, todo terminó bien para el de Ribaforada.
A Mikel Ortega le tocó la historia sin final feliz. Se comió un peón envenenado, pero luego le faltó un poco de sangre fría (raro en el) para cerrar la partida casi como una miniatura. Tras llegarse a un impasse con la posición igualada, su contrario aprovechó con maestría la insegura posición del rey negro y se llevó la partida.
Marina reescribió el guión de Petrosian y tras dos tablas, se apuntó su primera victoria. Nunca he sabido que decía el viejo maestro sobre las victorias, pero algo debía saber, a pesar de su fama de hombre sólido.
Buenos resultados, en general, para el resto de la expedición navarra, con victorias de Ander Garralda (ante un 1900) y de Andrés Malón. Las tablas de Alex Ortega ante la WIM Marta García (2166) también tienen sabor a victoria. Y, en el encuentro entre navarros de la jornada, victoria para Aitor Martínez Bernardo.
Por la tarde
Un montón de partidas retransmitidas de txikiforales. Por eso de la preminencia, abrimos con Daniel Roldán que jugó en la mesa número 1 (se dice pronto) contra uno de lo favoritos el FM Juan Plazuelo (2335). El de Ribaforada planteó las cosas con mucha tranquilidad. Si fuera malévolo, casi diría que con una placidez cercana a las tablas. Y así transcurrieron las cosas durante las primeras quince jugadas, pero Daniel estuvo un punto impreciso y el FM empezó a apretar...y apretar. Las cosas parecían pintar fatal, cuando el madrileño se equivocó (sí, estas cosas también pasan) y, de repente, Daniel se colocó con ventaja en el tablero y en el reloj. Y así transcurrían las cosas, cuando el negro ofreció tablas y el blanco aceptó. Muy buen resultado objetivamente, pero que, a algunos nos dejó un tanto insatisfechos. Sí, hay que estar ahí para juzgar y, cuando has visto que la partida se te iba...pero creo que influyó el respeto al contrario...y no fue el único caso.
En la mesa 4, Alvaro Bayo, con negras, ante Miguel Santos. Sobran las presentaciones. El caso es que juegan una línea bastante conocida de la variante Tarrasch de la Francesa, cuando allá por al jugada 24 (¿hasta cuando dura la teoría en esta variante?), el blanco se equivoca y Bayo entra con el cuchillo desenfundado. La partida está ganada y en el foro de Chess24.com, mucha gente comenta que la partida está vista para sentencia...pero, sobre el tablero, hay que rematar. Bayo no se termina de atrever (con alguna posición del tipo negras juegan y ganan) y, a pesar de quedar aún con ventaja tanto en el tablero como en el reloj, en este caso, ofrece él unas tablas, que imagino que Santos aceptaría sin pensárselo mucho y buscando la vela para poner a su santo favorito. Otra vez, mucho respeto.
La partida de Mikel Ortega fue otra historia. El de Orvina estuvo intentando madurar su posición ante David García Sobrino y cuando la cosa parecía ir bien, pero lenta, el gallego se dejó una pieza por la jugada treinta y tantos y ya no hubo más historia.
Marina jugó bien en su partida contra un rival en teoría superior (Fernando Chao, 1937) y consiguió imponerse en el tablero. Pero no lo debió de ver del todo claro y volvió a recordar al viejo maestro Tigran: tras una victoria, unas tablas. Y así fue. Nos quedaremos con la duda de qué hubiera sucedido si hubiera encadenado dos victorias consecutivas. 
Yo pensaba que estos jóvenes eran más iconoclastas y no respetaban tanto las posiciones "a priori". Pero estos resultados me hacen pensar que no debe de ser como yo creía o aún hay que indagar más en estas cuestiones.
Del resto de la expedición foral, victorias de Andrés Malón y Aitor Huarte y unas tablas de Odei Lerendegui ante un 2000.
Mañana, sólo hay jornada matutina y se va acercando el desenlace.

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