viernes, 15 de mayo de 2015

Taxonomía

El término taxonomía se asocia habitualmente a la idea de ordenar la diversidad biológica en taxones anidados unos dentro de otros, ordenados de forma jerárquica, formando un sistema de clasificación: la taxonomía biológica acuñada por nuestro viejo conocido el científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco Linneo
Sin embargo, en su sentido más general, la taxonomía no deja de ser la ciencia de la clasificación. Así que cuando clasificamos los papeles en archivadores o, más recientemente, creamos directorios y subdirectorios en nuestros ordenadores, no estamos sino haciendo taxonomía.
A los humanos, nos encanta. Tenemos que clasificarlo todo. Nada peor para el entendimiento humano que la incertidumbre (hasta que Heisenberg decidió darle carta de naturaleza, para que Schrödinger se pusiera a jugar con gatos). Y, claro, luego estamos los ajedrecistas, que tenemos que clasificar a todos los jugadores utilizando las aproximaciones estadísticas de nuestro querido D. Arpad o inventarnos códigos ECO para las aperturas (también podríamos mencionar la clasificacion de la evaluación de una posición que parece existir "de toda la vida", cuando los más viejos del lugar aún recordamos su advenimiento gracias a Matanovic en el Informator [claro que esto palidece frente a los comentarios de los niños de ahora, tipo Houdini: esta posicion es +0.29... pero, ¿qué es esto?]).
Todo esto viene a cuento porque, tras el frenético desarrollo de la Fase Previa del Individual, Oyaga e Iturralde quedaron empatados a todo. Así que la FNA decidió que el campeonato se dirimiera por sorteo. ¿Era necesario? El reglamento establece los sistemas de desempate y que las clasificaciones irrelevantes se dirimirán por sorteo. El primer puesto de la Fase Previa, ¿era irrelevante? Probablemente, no. Pero no podemos soportar la idea de no tener un campeón de la Fase Previa, por mucho que carezca de importancia real, ya que no deja de ser una fase clasificatoria para la Fase Final. No podemos soportar la incertidumbre. Necesitamos la taxonomía.
Por cierto, el vencedor fue Oyaga.

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