sábado, 7 de junio de 2014

Isabel la Católica esa Dama con la que todos Jugamos

El otro día hablamos del libro más buscado sobre el ajedrez y es que queridos lectores un judío se inspiró en su reina para crear una dama que sería como así lo es hasta nuestros días la Reina del Ajedrez.

Nacido en Segorbe este erudito judío llamado Francesch Vicent se inspiró en su reina que no es otra que nuestra Isabel la Católica, toda una mujer de poderío incalculable con la que descubrimos el Nuevo Mundo y nos dejó por siempre en nuestros sentidos las lágrimas de Boabdil expulsado de Granada. Así que como les cuento este hombre inventó una pieza de ajedrez capaz de sustituir con el poderío de su ídolo real a la Alferza, una pieza que tenía anteriormente los siguientes movimientos en el ajedrez:

Se colocaba como la actual Dama esta Alferza, al lado del Rey, haciendo las funciones imaginarias de Visir o Consejero Real. Se movía con un solo movimiento de casilla en diagonal hacia adelante o hacia atrás salvo en su primer movimiento que lo hacía en tres casillas en diagonal u horizontal pudiendo saltar inclusive cualquier pieza que le obstaculizase su movimiento.


Era la época de Fernando II de Aragón, el Católico que sin duda recibiría con agrado este cambio en el juego del Chess valenciano ya que esta nueva pieza llamada Dama o Reina que sustituía a esa Alferza que por escrito en castellano la conocíamos tal y como era desde la época de Alfonso X el Sabio y se parecía extrañamente en su poderío a su esposa Isabel la Católica.

Esos años eran de radicales cambios por estos lares así que nuestro amigo Francesch Vicent tuvo que hacer las maletas y escapar a Italia ya que su vida y la de los suyos corría un peligro muy peligroso conocido como Inquisición.

En Italia fue rápidamente acogido por la familia más poderosa del momento los Borgia y gracias a la pasión de este judío por el ajedrez, los movimientos de su nueva dama en el juego y sin duda la de veces que recomendó leer su tratado que hoy tanto se busca, el ajedrez se comenzó a expandir aún más por todo el mundo.

Había muerto la Alferza, había nacido la Dama, la Reina, la todopoderosa pieza del chess que tantas y tantas alegrías nos da cuando la tenemos y tantos lloros nos causa cuando la perdemos.

Les dejo para finalizar un poco de historia con el testamento de una reina que cada vez que juguemos al ajedrez podremos recordar nuestra historia y la de nuestro juego, su evolución y esos guiños tan maravillosos que nos hacen sus piezas.



Y de remate como siempre hoy les dejo una frase típica en las partidas de los mejores torneos mundiales de ajedrez:

Un pesimista dice siempre he perdido pieza en esta jugada, un optimista dice siempre he ganado calidad con esta cesión.

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